viernes, 19 de agosto de 2011

Ponencia Colegio Bethlemitas: Muerte, destino y religión

Ponencia elaborada por la estudiante Luisa Fernanda Agudelo Blandón del grupo 11A


Colegio Bethlemitas



Muerte, destino y religión


Desde los tiempos de antaño la muerte representa una de las principales incógnitas del ser humano.  Al ser seres sociales y racionados, siempre hemos tenido la inquietud acerca de lo que podrá suceder con nuestra conciencia después de dejar atrás los signos vitales, y a este acto le hemos acarreado un sinfín de mitos y creencias, que en muchas ocasiones determinan nuestro comportamiento en vida debido al temor moral a cerca de lo que pueda pasar en “el más allá” como consecuencia de nuestros actos cotidianos. Esto es todo lo que conlleva la muerte consigo, no sólo dejar de existir o no sino también la trascendencia del ser, el más allá o incluso el juicio final; y precisamente este es el objeto de nuestra investigación, llegar al fondo de la pregunta legendaria a cerca de la muerte y las disyuntivas de esta.

Alrededor del mundo, se tienen diferentes creencias que van ligadas a los aspectos socio-culturales, folklóricos y religiosos de cada región, estos son, la mayoría de las veces el entorno que determina la convicción y la perceptiva que se tenga a cerca de la muerte. Los dogmas van desde aquellos que no creen que pase nada luego de la muerte, que simplemente dejamos de existir. Estas personas, no disponen su vida ni sus actos haciendo referencia a algo moral, debido a que no creen en un castigo final; son completamente ateos. Consideran la muerte como un hecho inevitable e irrevocable.

En los credos mas reconocidos, la muerte es determinada por su doctrina. Para los católicos o cristianos existe la vida después de la muerte, y creen fielmente en el juicio final; debido a las lecturas e interpretaciones de su libro sagrado, en donde esta el claro ejemplo de la resurrección y de los castigos divinos a aquellos que sucumben en el pecado. El islam coincide en este aspecto con el cristianismo, enseñando que al final de los tiempos Dios juzgara las obras de todos los hombres.

Muy contrario a estas religiones, existe el concepto de la reencarnación o de la permanencia del alma en el entorno. Las religiones tribales y orientales son fieles impulsadoras de estos creencias, de donde surgen los conceptos de “karma” o “chacra”, que hace referencia a “la ley de la conservación de la energía”; en donde tus actos determinan tu futura reencarnación o lo que pueda ser de tu suerte en vida.

Con esto, no queda mucho menos resuelta la incógnita a cerca de la muerte y sus grandes dimensiones. Los seres humanos, al ser animales racionales, en nuestra cotidianidad buscamos la explicación que siempre le queremos encontrar a todo aquello que desconocemos. Y la muerte, es sin duda el más grande de estos conceptos, en donde nos quedamos totalmente ciegos y llenos de conjeturas que no podemos comprobar.

Sin duda, más allá de lo que pueda suceder o no después de morir, la muerte ha sido un factor determinante para forjar una cultura moral en la conducta de gran mayoría de la población creyente mundial. La religión, al ser manifestaciones mentales sociales inconscientes del hombre, en donde damos respuesta a lo que nos agobia, aqueja y nos genera duda; busca como forma de consolidación aspectos en los que todos nos veamos indefensos o con total desconocimiento para crear en nosotros nuevos conceptos de vida. El hombre, como ser político que convive en sociedad y pretende encajar en ella, busca darle una aceptación a estas versiones que pretenden responder sus inquietudes a cerca de este tema tan polémico y  magno.

Esto convierte a la muerte, el destino y todas las disyuntivas que estos conceptos generan, en herramientas utilizadas por la religión para dar un orden a sus predicaciones e ideas éticas que proponen en sus “evangelizaciones”, mediante una propuesta de un “actuar por conciencia moral” generada por un temor al más allá, al juicio final, o las consecuencias futuras de sus actos; muchas de los credos que existen en todo el globo, estructuran sus dogmas para conservan un orden en sus adeptos.

2 comentarios:

  1. Que sigue? me quede iniciada. Esta muy interesante el asunto pero creo que hay que ampliarlo mas.

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  2. Lo que sigue, es simplemente vivir auténticamente y actuar por convicción propia; no por una moral infringida desde la duda a lo desconocido..
    La muerte, al fin y al cabo, es inevitable e irrevocable; y no hay nada más certero que ella misma...

    "Después de todo, la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida.."

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