Camila Aristizabal Gómez
Diana Camila Arroyave Romero
Estudiantes del grupo 11B
CONCLUSIÓN:
Cuando
el referendo reeleccionista que le otorgaba a Álvaro Uribe Vélez la tercera
oportunidad para ser presidente de la República de Colombia fue hundido hace un
par de años, muchas opiniones no se hicieron esperar, era “el resurgimiento de
la democracia en Colombia” , supuestamente, pero la verdad es que, ¿cuándo ha
existido realmente una democracia colombiana?, ¿cuándo nuestro sistema de
gobierno ha sido algo diferente de una aristocracia disimulada que disfraza la
corrupción de la que nos hace víctimas, con promesas vacías? Interrogante no
muy difícil de responder, ya que es fácil establecer que la situación no ha
cambiado y nos hemos mantenido en el mismo círculo vicioso de corrupción en las
actividades gubernamentales, lo cual es perceptible en toda evolución política
de la historia de Colombia: exterminios políticos, falta de garantías para con
movimientos opositores y sindicales, emporios económicos gobernando, las mismas
familias en el poder, las mismas situaciones de educación y salud que en nada
benefician a la población.
Los
referendos que se llevan a cabo lejos de ayudar a población civil, incrementan
las diferencias entre las clases sociales y le abren paso al neoliberalismo, el
famoso capitalismo salvaje; favorecen a la clase alta del país previendo la
continuidad de la aristocracia y de la plutocracia en el gobierno colombiano.
¿Tu
votas?, ¿participas en las decisiones?, se supone que para eso es una
democracia, para que nosotros tomemos las decisiones, pero TODOS nosotros, no
los mismos ocho millones de colombianos que mientras el resto está sentado en
la sala de su casa practicando el abstencionismo, ellos van y toman de nuevo
las decisiones importantes. Eres Colombiano, ¿conoces los mecanismos de
participación ciudadana?, hay un par bastante interesantes, la revocatoria del
mandato por ejemplo, te da el poder de bajar a alguien del poder si no estás de
acuerdo con lo que ha hecho, o lo que no han hecho; ¡es tu país, son las leyes
que te toca cumplir! Y no haces nada al respecto…
Así
que esta es nuestra democracia, o mejor dicho, según la conclusión a la que
llegamos, así es nuestra aristocracia, la presidencia es un título que se
hereda porque la sangre llama al poder, y no para hacer el bien, porque nuestro
gobierno se olvida de la premisa “el bien común debe prevalecer sobre los
intereses particulares”, y nosotros nos hacemos los de los oídos sordos,
queremos un cambio, GRITAMOS PIIENDO UN CAMBIO y cada cuatro años votamos por
los mismos apellidos y las mismas propuestas de seguridad, salud,
educación…para encontrarnos con lo mismo, con nada.
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